La codicia actualmente gobierna en el sistema
económico. Nos ha empujado a un sistema laboral totalmente deshumanizado. Con
la excusa de hacer crecer la economía de nuestro país, se está empobreciendo la
dignidad de cada trabajador. España no necesitaba realmente la reforma laboral
que tuvimos, sino más bien necesitaba una reforma de solidaridad y bondad. Hoy
existen millones de familias desesperadas, víctimas de un sistema que solamente
le importan los números y no las personas. Pero mientras exista gente con ganas
de luchar y esperanza en mejorar las cosas, los derechos del trabajador no
morirán. Por ello, la CGT quiere hacer un llamamiento a todos vosotros para
deciros que no os rindáis. No bajemos los brazos y luchemos por nuestros
derechos. El poder de decisión de qué tipo de relaciones laborales queremos
tener no lo debe tener los poderes financieros, sino que está en nosotros
mismos. Utilicemos este poder para actuar y luchar por un sistema económico y
laboral justo, que garantice la dignidad del trabajador y un futuro para todos.
La reforma laboral no cumplió sus objetivos que era
reducir la destrucción de empleo (menuda ironía). Tenemos datos pésimos que
sitúa en más del 23% la tasa de desempleo siendo más del 50% para los más
jóvenes, y aumento del trabajo precario. Lo más triste de todo es que nuestra
empresa Konecta es un ejemplo claro de esta desastrosa gestión y nosotros sus
víctimas. A sus espaldas lleva innumerables despidos, sanciones, entre otras
cosas, y en algunas ocasiones hasta ERES encubiertos. Sólo cabe mencionar el regalo
que hizo Konecta a la contribución para la creación de empleo (según el objetivo de la reforma) entre el año 2013 y
2014: más de 30 trabajadores despedidos de la campaña Liberty- Génesis, otros
más de 30 trabajadores de la campaña Gescoban, 11 trabajadores de la campaña de
Alsa, otros 11 de Bankia, y el último regalo navideño, 42 trabajadores
despedidos de la campaña de Isantander el pasado mes de Diciembre. Sin olvidar
los casos de Amaya, despedida por faltar a trabajar en el día de su desahucio; y el caso de Latifah, fallecida a
consecuencia de una neumonía ya que estaba advertida que si faltaba al trabajo
podía ser despedida. Todo esto, con en el beneplácito de una reforma laboral
que ha arrancado de cuajo, todos los derechos conseguidos por nuestros mayores
a base de sangre sudor y lágrimas, y que en el sector de telemarketing el
resultado está siendo aún más denigrante. No solamente Konecta abandera esta
porquería, le siguen a la zaga GSS, Unísono, Unitono, Sitel, Atento… (Recordemos
el famoso ERE de Atento que gracias a la
actuación de CGT conseguimos que hoy estos compañeros no estén en la calle).
Seguramente había otras opciones menos agresivas que el planteamiento con el
que se llevó a cabo la reforma laboral. Lo que nos vendieron fue una auténtica
farsa que únicamente beneficiaba a los poderes económicos y financieros. Como
trabajadores y ciudadanos, tenemos el derecho a hacernos oír y exigir la
derogación de esta inútil reforma laboral.
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